jueves, 13 de agosto de 2009

Kyoto y Uji (Templo Byodoin)

Vídeo de Kyoto.


En un primer momento la opción era ir el sábado a Nara. Nara es una ciudad cercana a Kyoto que fue capital de la nación hasta 1500 cuando por motivos políticos se quiso limitar el poder de los sacerdotes.

La ventaja de esto es que en la segunda guerra mundial Nara no fue bombardeada como Kyoto por lo que conserva mucha de la arquitectura de la época.

Después de la experiencia de sol achicharrante del viernes (con las bicis), del calor asfixiante y que dedujimos de la guía que el máximo interés son los templos, decidimos que tal vez valdría la pena pasar otro día en Kyoto y dejar Nara para otra ocasión.

En Tsumago, la hija del propietario nos había indicado que podríamos ir a ver el templo Byodoin que sale en las monedas de 10 yenes. Investigamos un poco y vimos que no estaba lejos así que decidimos ir a verlo y volver a hora de comer en Kyoto para aprovechar la última tarde aquí.

Para ver este templo hay que coger un tren hasta Uji. Por Uji también pasa un río y cómo no el puente es muy bonito.

La excursión empezó bien porque encontramos un supermercado tal y como lo conocemos en España (en las grandes ciudades sobre todo hay tiendas de conveniencia) y al entrar a comprar agua vimos que tenían makis recién cortados, sushi, sashimi, bolinches de arroz, etc. Más adelante también encontramos una tienda de souvenirs que nos pareció más barata que en Kyoto así que a la vuelta del templo aprovecharíamos para terminar de comprar regalos (sigo sin encontrar imanes).

El recinto del templo parece un jardín con su entrada, su laguito, sus zonas de hierba y árboles, etc. La entrada cuesta 600 yenes e incluye la entrada a un pequeño museo.

Este templo es budista y está dedicado a la figura del ave fénix, símbolo en Japón. El edificio principal está compuesto por una nave central con un Buda y numerosos “ángeles” y a dos lados un edificio más pequeño, abierto. En el techo del principal hay 2 fénix enfrentados. Todo esto, en un lago.

El museo es sobre el templo y muestra los fénix originales y los ángeles que se consideran maestros en un arte y muestran la herramienta en cuestión: tambores, flautas, etc.

El museo en sí está muy chulo porque es de paredes de hormigón con efecto madera y la estructura es muy fresca y acogedora.

Después del templo fuimos a ver el puente y la tienda de souvenirs. Con el calor que hacía apetecía un montón bañarse.

Antes de coger el tren decidimos comprar comida en el super y así llegar a Kyoto comidos.

Comimos en la estación y al llegar a Kyoto nos fuimos directamente al museo del manga que está justo detrás del hotel. La verdad es que fue un poco decepcionante porque más que un museo parece una biblioteca. 2 plantas enteras de estanterías con todos los mangas habidos y por haber. Lo mejor el sótano con una exposición de mangas antiguos y poco más. Hasta la tienda era una miseria, con la cantidad de merchandising que debe haber en general de todos los mangas, pues sólo tenían algunas camisetas, tacitas, etc. ni posters, ni mangas, ni nada.

Después del museo venía la odisea de enviar la placa de metal a Barcelona. En la tienda nos la habían empaquetado con plástico de burbujas 2 veces para que estuviera lo más protegida posible, pero hacía falta que estuviera envuelta en papel de estraza o similar. Lo primero era ir a Correos que al menos estaba a 2 calles del hotel para ver si se podía enviar y como. Santi nos había dicho que existe un sistema internacional que se llama AMS que te envía el paquete entre 3 y 5 días. Así que al preguntar nos mostraron 2 papeles y en uno de ellos estaban las siglas AMS así que ese nos quedamos. A partir de aquí venía lo difícil, encontrar papel de envolver porque confiábamos que en Correos tendrían y fue que no.

Muy cerca de Correos está el Museo de Kyoto y fuimos allí para preguntar a alguien que hablara inglés sobre dónde podríamos encontrar papel de envolver. En el museo una bedel no nos entendió muy bien pero nos envió a una tienda anexa donde venden papel. En Japón el papel es muy famoso porque hasta hace bien poco tenían el mejor papel del mundo. Así que no es de extrañar que tengan una tienda sólo de papeles. Allá que nos fuimos. Justo al lado del mostrador había un rollo de papel usado así que fue fácil decirle que buscábamos ese papel para envolver la placa (precisamente la tienda estaba enfrente y nos habíamos cruzado con el dueño). Nos dijo que sólo tenía un papel que podría servir pero no era de envolver así que sería caro comprarlo sólo para eso. La chica cogió el rollo de papel de estraza y lo extendió y nos dijo que si nos era suficiente nos lo regalaba. No veas qué suerte!!! Volvimos corriendo a Correos y empaquetamos la placa, rellenamos el papel y lo enviamos.

Tras esto habíamos visto una ruta por la parte de arriba de Gion (donde las geishas) que al parecer en la guía indicaba que era muy bonita. Así que allá que nos fuimos.

Por el camino encontramos en el margen del río unas casetas tipo feria y bajamos a ver qué había de interesante. Eran casetas con comida, manualidades, enseñando la ceremonia del té, etc. Patri compró una mazorca que estaba buenísima.



Seguimos adelante y al final encontramos las calles que indicaba la ruta. La verdad es que es una zona que vale la pena ir, son calles pequeñas con casas tradicionales y muy bonitas. También encontramos un templo con un Buda gigante. Estuvimos paseando un buen rato y vimos a muchas chicas vestidas con el kimono tradicional, supongo que al ser sábado les gusta prepararse así y salir a la calle. Los kimonos suelen ser muy bonitos y vistosos y la manera en que los llevan te dan ganas de ponerte uno.

Cuando acabamos de recorrer las callejuelas estábamos muy cansados así que después de pensarlo bien, decidimos coger un bus que nos acercara un poco al hotel porque estábamos algo lejos. Encontramos una parada que llevaba a Kyoto station y lo cogimos. Tuvimos la suerte de estar los primeros en la puerta y pudimos sentarnos que fue un alivio no solo por lo cansados que estábamos sino porque el bus se llenó hasta reventar y los que estaban de pié no iban muy cómodos.

Al llegar a la estación estábamos dispuestos a cenar en cualquier sitio aunque fuera MCDonalds pero no vimos nada por allí así que cogimos el metro hasta el hotel. En la calle, cerca de Correos habíha visto uno así que allí nos fuimos pero estaba cerrado. Ya nos dábamos por vencidos pensando en cenar sólo bolinches cuando nos decidimos a entrar en “French Tomato”. Entramos porque vimos un cartelito que ponía “Teriyaki set” y los otros estaba todo en japonés. Entramos y fue una de las mejores elecciones.

El bar era muy parecido a uno español, una barra con sillas y espacio para cenar, unos parroquianos y un matrimonio, él cocinando y ella amenizando la velada con su conversación. Su inglés era mucho mejor que la media así que fue fácil comunicarse. Al parecer su hijo estuvo en Sevilla 6 años aprendiendo a tocar la guitarra flamenca y ahora estaba en Kyoto tocando en un local. Sabía algunas frases típicas en español y la verdad es que fue muy amable. Nos regalo 2 tapas típicas de Kyoto, unos pimientitos con cebolla y pescado super pequeño y luego unos trozos de pepino macerado. La cena estaba compuesta por una ensalada japonesa con tomate (que estaba muy bueno para lo que nos imaginábamos de Kyoto), una sopa que llevaba hilitos de zanahoria y pimienta. Después el pollo teriyaki (que estaba delicioso) con arroz acompañado. Todo regado con una cerveza Asahi super dry. Simplemente, “Gochiso-sama deshita” (un auténtico festín).

El próximo día nos vamos a Wakayama y Koya-san

No hay comentarios:

Publicar un comentario