lunes, 31 de agosto de 2009

Tokyo: miércoles 13 de agosto

Este día era al completo Tokyo y la idea era empezar el rally final para ver lo que quedaba de ciudad.

En un principio queríamos ir de compras pero al llegar a Harajuku para ir por la zona de Omote-sando nos encontramos que casi todo lo abrían a las 11 y como era bien temprano empezamos a tener dudas.

La alternativa era irnos a un barrio "recóndito" que nos indicaba la Lonely Planet y que tenía muy buena pinta. Casi siempre que podemos intentamos localizar estos barrios en las ciudades que visitamos así que en esta ocasión no iba a ser menos. Además, la idea de ir cargados con las compras todo el día no nos hacía especial ilusión.

El problema es que el sol caía a plomo y pensamos que tal vez por aquella zona (desconocida) sería demasiado tute ya que a la tarde teníamos intención de hacer la "jornada de compras".

Volvimos atrás mientras nos pensábamos el tema y fuimos a echar un vistazo de cerca al Estadio Nacional de Tokyo. La verdad es que es un edificio impresionante. Vimos alguna puerta abierta e intentamos entrar pero al parecer estaban preparando un concierto y no se podía entrar para verlo.

Entre qué íbamos y volvíamos decidimos posponer lo del barrio alternativo y dedicarnos a pasear por otra zona buscando una tienda de libros y paseando simplemente.

La tienda de libros es una bastante grande (en plan 4 ó 5 plantas de libros) y nos entretuvimos un rato. En la sección de libros en otros idiomas encontramos una pequeña estantería con manga y tenía el capítulo 1 de Dr. Slump y de Bola de Drac (Dragon Ball) así que no me pude resistir y los compré.

También encontramos libros de papiroflexia para hacer cosas como la foto que os pongo. No lo compramos porque la verdad, nos hacíamos líos con un libro sencillo así que esto podría ser una tortura.

Seguimos paseando y estuvimos cerca del centro comercial Isetan. Es curioso porque es de los pocos edificios art deco que tiene la ciudad.

De aquí acabamos buscando unas callejuelas para ir a tomar copas cerca del barrio rojo y las encontramos. A pleno sol podías darte cuenta del ambiente que se respiraba allí y que por la noche para unos occidentales debería ser un poco como una aventura salvaje y exótica porque daba un poco de miedo.

Desde aquí seguimos paseando por el barrio rojo buscando algo de comer. Aprovechada la experiencia de Akihabara nos fuimos a un centro comercial a la planta de restaurantes y buscamos el de sushi y sashimi que nos apetecía. Ahora que estoy aquí en España pienso que deberíamos haber comido más porque no lo encontraremos tan bueno.

Tras la comilona y como estábamos cerca, decidimos ir al edificio del Ayto. de Tokyo que tiene un mirador gratuito en la planta 45. Nosotros ya habíamos ido de noche así que nos pareció interesante ir a mediodía para ver qué tal. Aunque había algo de neblina (inevitable en esta época del año) la verdad es que el espectáculo es impresionante.

Después del Ayto. seguimos paseando por la zona de rascacielos con destino a Harajuku. La idea era ir a ver Kiddy Land, un edificio de 5 plantas sólo de juguetes. Era la oportunidad perfecta para los regalitos de los sobrinos y los míos ;). Así dicho da un poco de miedo, 5 plantas, aunque en realidad no son muy grandes. La 3ª es todo de Snoopy (ya ves). La 5ª todo de robots y merchandising de muñecos de series. Acabé comprándome un Mazinger Z, una caja sorpresa de Musculman y otra de Dr. Slump (de las que compré unas cuantas para regalar a mis compis de trabajo). Las cajas estas son un poco putada porque no sabes lo que te lleva dentro así que puedes tener suerte y que te toque Musculman o no y te toca otro que ni recuerdas quien era. Los tengo en casa así que en cuanto pueda haré una foto. Debería haber comprado 10 de cada pero la verdad es que la maleta ya la llevaba al reventón.

Después de la tienda de juguetes fuimos a la tienda del MoMA de NYC que tienen una sucursal muy cerca para chafardear un rato y en cuanto salimos nos dió el bajón así que tuvimos que ir a sentarnos un rato a un sitio (el primero que encontramos, una creperie) y comer algo (una crepe, que resultó lo más occidental que comimos en todo este viaje).

La cena con Vicens sería al día siguiente y la verdad es que me apetecía verlo para contarle cositas que tenía que tener en cuenta tanto en Tokyo como en Kyoto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario